Dia 3: "Prisión"
- davidoq
- 12 sept 2016
- 2 Min. de lectura

Conoces las puertas del infierno. Desconoces si de entrada o de salida. Temes la respuesta. Temes incluso la pregunta. Buñuel describió muy bien lo que sientes, lo llamó El ángel exterminador. Tan sencillo el abrirlas, y a la vez tan difícil. ¿Por qué te torturas así? Tan solo fantasmas habitan al otro lado. Meros recuerdos. Tu pasado. Quien diría viéndote que has tenido un pasado. Quien diría viéndote que tienes un futuro. Tú que solo lloras presente.
Abre la puerta y sal de tu infierno. Abre la puerta y se libre. Enfréntate a tus miedos. Es el momento de salir. Es el momento de ser valiente. En tu encierro ya solo queda el dolor y la perdida. Crees haber visto como todos morían. Pero te engañas. Tú no has visto nada. Crees haber oído como gritaban. Pero te mientes. Tú no has oído nada. Crees en eso porque otros te lo han dicho. Porque otros te lo han contado. ¿Pero acaso debes creerlos? Ellos que te han abandonado. Ahí fuera ya no queda nada. Ahí fuera ya no queda nadie. Sal, sal y vive.
La puerta te impidió ver lo que otros te contaron. Ella que rompe tu realidad. Ella que cierra tu mundo. Fuiste un cobarde, lo sabes. Los abandonaste. Decidiste no acompañarlos. Ahora estas solo. Te preguntas: ¿volverán por ti? ¿tardarán mucho? Pero en el fondo lo sabes. Sabes que nadie volvería por un cobarde, un cobarde como tú. Y menos aún después de haberles renegado. Te quedaste quieto, sentado en ese rincón, rincón en el que ahora te hayas. No hiciste nada. Solo observaste. Solo miraste. Quieto, sin moverte. Ellos la enfrontaron. Juntos la abrieron. Juntos abandonaron vuestro mundo. Ya nunca más vuestro, ahora todo tuyo. Tu mundo. Te cuesta mirarla. Mirar a tu enemiga. Ella se los llevó. Tras ella desaparecieron. Ella negó tus recuerdos. Negó tu vida. Con ellos se fue todo. ¿Recuerdas acaso sus rostros? ¿Recuerdas acaso sus voces? ¿Por qué los lloras entonces? Tres días han pasado. Tres días, una vida. Tres días, una eternidad.
Atado a tu hechizo, a tu maldición. Jamás abandonaras tu prisión. De veras sientes que volverán. De veras sientes que todo acabará bien. Los cuentos de hadas no existen. Menos en ocho metros cuadrados. Ocho metros no albergan finales felices. Ocho metros albergan muerte. Deberías saberlo. Sal al mundo. Derriba tus muros, y con ellos las puertas de tu encierro.
Nada puede ser peor que esto.
Nada te espera aquí dentro.
Nada.
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