Dia 8: "Cassettes y cintas de video"
- davidoq
- 17 sept 2016
- 3 Min. de lectura

Fuiste capaz de olvidarlo todo. Te fue fácil. Tú solo querías estar con él. Cerrabas los ojos, escuchabas su voz, eras feliz. Con que poco te contentabas entonces. Vuestro encierro era ahora vuestro mundo. Descubristeis que olvidar era posible. Os inventasteis juegos, eso ayudaba. Acampabais en el salón, era vuestro jardín. Mirabais la luna y las estrellas, os las imaginabais, las inventabais. Decía que si te concentrabas, tu mente, podía atravesar paredes, podía volar... podía sentir. Un día no pudiste verlas, un día tampoco pudiste sentirlas. Él las dibujo. Cogió un boli, el más bonito que encontró, azul turquesa, su color, y las pintó para ti. Tú te perdías en ellas, te hacían volar. Te sentías infinito. Te sentías invencible. Le cogiste de la mano. Él no se apartó. ¡Él no se apartó! Te agarró más fuerte. Tu corazón latía a mil. ¿Qué estaba pasando? No iba a soltarte nunca. Por un momento, por un instante, tu mente abandonó tu cuerpo. Os veíais a los dos juntos desde arriba. Te veías a ti junto a él. Sentiste que tú solo llenabas toda la habitación... Entonces volviste. Volviste a tu cuerpo. Volviste a verlo todo como antes. ¿Qué estaba pasando? ¿Qué hacía encima de ti? Se acercaba. No sabías que hacer, no sabías donde meterte, te habías empalmado. Se acercó más. Sentiste miedo. Se daría cuenta. Cerraste los ojos. No te moviste. Estabas todo rojo. "Abre la boca" susurró. Hiciste caso. Chico obediente. "Tranquilo". Se había dado cuenta, lo había sentido, tú también lo habías sentido. Rezaste por no correrte. "No tengas miedo". Sabía que era tu primera vez. Sabía como debías sentirte. Sentías su aliento en tu boca, su cuerpo en tu cuerpo... Y por fin sus labios contra los tuyos. Tu primer beso. El más dulce. El más tierno. El más tuyo. Parecía saber exactamente lo que hacer. Parecía saber exactamente como hacerlo. Un escalofrío recorrió tu cuerpo. ¡Mierda! ¿Por qué ahora? ¿Por qué con él? ¿Qué iba a pensar? Apartaste la cara. Se alejó. No querías mirarle. "Tan mal lo he hecho. ¿No te ha gustado?" Seguías sin mirarlo. No sabías que decirle. "Por favor mírame". Te giraste hacia a él. Seguías con los ojos cerrados. "Mírame". Los abriste. Estaba justo ahí, en frente de ti. Apenas unos centímetros. Estaba llorando. ¿Por qué estaba llorando? "Soy un tonto. Creí que...". Lo callaste. No querías que dijese nada más. Como iba a creer que no lo deseabas. Como iba a creer que no lo querías. Le explicaste lo que pasaba. Se rió. Debía ser muy gracioso. Te sentó mal. "No seas tonto. Es normal". ¡Normal! Como si lo que acababa de pasar entre vosotros hubiese sido solo normal... Que asco, estabas mojado. Mojado y avergonzado. Te miró. Lo miraste. Sentiste que todo iba a salir bien. Tenía ese don. Solo él conseguía hacer que nada importase. Tenía razón. Estas cosas pasaban. Era normal. Solo significaba que lo deseabas, tanto que tu cuerpo no pudo mentir. Soltó tu mano. Pensaste que se iría, que se marcharía. No se movió. Seguía encima de ti. Llevó su mano a través de tu cuerpo. Cada vez más abajo. Rozaba tu pecho con sus caricias. Jugaba con tu vello. Parecía encantarle que estuviese ahí. No era él único. Siguió bajando. Parecía que tu cuerpo no tenía fronteras, no para él. Llegó a tu ombligo. Lo rodeó suavemente con su dedo. Te estremeciste. Se te escapó un gemido. Lo oyó. Por un momento se paro. No querías que parase. Te dedicó una mirada. Te mordiste el labio. No querías que se te escapase un gemido aun mayor. Te daba vergüenza. Deseabas que continuase. Volvió a bajar su mirada. Te olvidaste de su mano. Seguía bajando. Iba a por tu entrepierna. Le quedaba poco. Apenas nada. Un instante. Tan solo un suspiro. Quería comprobarlo, quería comprobar cuanto lo deseabas... Su mano se posó por fin, se humedeció, se empapó de ti. Podía sentirlo. No parecía importarle. Parecía gustarle. "Si que te has emocionado" rió. Con esa sonrisa nunca podrías negarle nada. Te hubiese robado todos los te quiero del mundo. Todos menos aquel, aquel que era el primero, aquel que nunca olvidarías, que siempre guardarías... porque te lo había dedicado él a ti.
Era tuyo para siempre.
Era tuyo por siempre.
"Te quierooooooooo"
Comentários