M. A.
- davidoq
- 17 sept 2016
- 1 Min. de lectura

Recuerdo las olas. Tus pies bañados por la espuma. El sonido del mar llamándote. Esperaba sentado mientras tu jugabas en la orilla. Me distraía sacándote fotos. Siempre fuiste un buen modelo, sobre todo cuando no posabas. Cuando no posabas conseguías ser tú mismo. Me encantabas. Quería que volvieses a mi lado, que me llevases contigo. No quería que me dejases solo. Comencé a enterrarme en la arena, primero los pies, luego las manos. Me hubiese enterrado yo mismo de haber continuado. Gritaste. Casi te caes. ¿Por qué siempre estabas tan feliz? Nunca te preocupaba nada. Solo jugabas con las olas, esperando que una fuese más rápida que tú y acabases mojándote. Al final te caíste. No se si en realidad te caíste o te tiraste, solo se que acabaste revolcado en la arena y sin poder parar de reír. Habría sido una gran foto, pero los mejores momentos no tienen fotos para recordarlos. Creo que es por eso que son los mejores momentos, porque estas demasiado ocupado viviéndolos. Me quede mirándote como si nada más importase. Te levantaste, te sacudiste la ropa y me devolviste la mirada. Levantaste la vista como si supieses que te estaba esperando. Llevaba ya demasiado tiempo esperando esa mirada, esperando esa sonrisa, esperándote.
Comments