Fábula: "El león y la bailarina"
- davidoq
- 25 sept 2016
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Un león solitario dormía en la laguna,
que podía hacer sino dormir.
Notabase ya muy viejo para vivir,
pero demasiado joven para dejarse matar.
Acercose entonces a la laguna a beber,
su sed llamaba rauda de satisfacer.
Eran aguas tranquilas pensó,
eran aguas cálidas se dijo.
Intentose reflejar en la laguna,
pobre león, no se vio.
Quizás ya no se reconocía pensó.
Vio entonces a la luna saludar,
pero ella tampoco se había de reflejar.
Pues la laguna a todos parecía de ignorar.
El león desconcertado la llamó,
a lo que ella contestó:
-No conoces ya tu rostro,
flaco favor te hago el mostrarte viejo.
Mis dones los otorgo a la vanidad,
pues solo ella me los puede recompensar.
-Soy viejo ya lo se,
y comprendo tu parecer,
pero mi rostro deseo contemplar,
pues amenazo de olvidar.
-Observa pues esa dama,
es bella cual estrella,
cual cisne de coral.
Ella mi reflejo ha ganado,
a ella mi reflejo no he negado.
El león vio a la dama,
era bella bailarina.
-Olvida pues tu rostro,
que ya nadie envidia.
Deléitate con su belleza.
Deléitate con su hermosura.
La luna que escuchaba,
no pudo negar su rebeldía,
y turbada por la laguna,
apagó su guía nocturna.
-Sin mi luz te niego,
tu reflejo poco importa.
Devuélveme pues mi reflejo,
devolvere yo entonces mi brillo.
El león que ya era viejo,
aprovechó el altercado.
Pues él ya solo escuchaba,
lo que la laguna recitaba:
-Deléitate con su belleza.
Deléitate con su hermosura.
-Deléitate con su carne.
Al león poco importa la belleza,
cuando todo lo que busca es comida.
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