"Una vida entre actos"
- davidoq
- 2 oct 2016
- 2 Min. de lectura

En ocasiones existen estrellas que apenas nos legan unos instantes de luz, unos instantes de tal brevedad que a veces no nos da tiempo ni a quedarnos con sus nombres. El caso de Grace Kelly no es uno de estos, a pesar de su corta carrera actoral, de tan solo 6 años, consiguió que nadie se olvidase de ella, pues es difícil imaginar ya Hollywood sin ella, sin su belleza, sin su esplendor, y sin su elegancia.
Con Solo ante el peligro (Fred Zinnemann, 1952) Grace entraría por la puerta grande, una puerta que se le abrió a un mundo que se rindió a sus pies. Como joven esposa de un solitario Gary Cooper, se mostraría al mundo, y si bien la actuación de Cooper eclipsaría a cualquiera, no eclipsaría a una atormentada Grace Kelly.
De un galán a otro, ahora era el turno de Clark Gable, Mogambo (John Ford, 1953), en el que dos mujeres se peleaban por el mismo hombre. Es curioso el papel de la censura española que ante una situación en la que una mujer (Grace) era infiel a su esposo, decidió convertirlo a este en su hermano. Mucho mejor que una infidelidad es una relación incestuosa. La censura se lució de veras.
El 54 sería su año, le llegaría el Oscar por La angustia de vivir (George Seaton, 1954) e iniciaría su relación con el maestro del suspense con dos grandes películas La ventana indiscreta (Alfred Hitchcock, 1954) junto a James Stewart, y Crimen perfecto (A. H., 1954). Sería junto con Ingrid Bergman una de sus rubias predilectas, tanto fue así que si ella no se hubiese casado, probablemente nos hubiesen legado alguna película más juntos.
Lo que vino después, si menos trascendente artísticamente hablando, fue determinante para lo que depararía su futuro, en concreto lo relacionado con Atrapa a un ladrón (A. H., 1955), tercera y última película con Hitchcock, en la que compartía papel protagonista con Cary Grant. Durante su rodaje pasarían un tiempo en Monaco, principado donde conocería al príncipe Raniero, y a raíz de esto, cumpliría el sueño de millones de niñas, convertir su vida en un cuento de hadas. En 1956 se casarían y ella dejaría definitivamente el cine, si bien es cierto que todavía grabó numerosos videos caseros junto a sus hijos, nunca más se volvió a ver su rostro en la gran pantalla.
Comments