top of page

"Bajo la lluvia .2"

  • davidoq
  • 15 oct 2016
  • 4 Min. de lectura

-2-


Tres semanas. Tres semanas y hoy me reincorporo al trabajo. No quiero que sientan pena… O se compadezcan. No quiero que intenten consolarme… No quiero nada de ellos.


Reunión en la sala número 3. Llego tarde. Nadie me dice nada. Me siento al final. Atrás de todo. Junto a la ventana. No tengo ganas de escuchar lo que dicen. Todos parecen absortos. Como si lo que dijesen en verdad pudiese significar algo. El tiempo avanza despacio. Nadie parece darse cuenta. Solo yo. Es como si todo se fuese frenando hasta detenerse. Podría salir por la puerta y nadie se daría ni cuenta.


Llueve. Ya no recordaba la ciudad bajo la lluvia. Todo se vuelve extraño. Es raro pero creo entender a mi hermano…


-¿Ves esa gente andando por la calle? ¿Crees que saben a donde se dirigen?- Empezabas diciendo.

-Algunos irán al trabajo. Otros a la compra… Cada uno tendrá sus cosas que hacer. – Te contestaba yo sin hacer mucho caso a lo que decías. Ahora me arrepiento. Quizás solo querías que alguien te entendiese.

-Andan y andan sin ir a ningún sitio. Algún día se detendrán… Se detendrán y se darán cuenta de que nada importa.

-Creo que no deberías pensar eso. Las personas… Todos tenemos un propósito en nuestra vida. – No sabía porque decía lo que decía. Ni siquiera creo que lo pensase en absoluto. Quizás solo lo decía porque era lo correcto. Ya no lo se…

-¿Propósito? ¿Cuál es mi propósito? – No sabía que contestarte. Solo permanecía en silencio. Tú también callabas… En eso estábamos totalmente de acuerdo. Cuando no sabíamos que decir al respecto, ninguno decía nada. Permanecíamos sentados el uno junto al otro…


Ahora miro por la ventana, como solías hacer tú y veo lo que tú veías. Me has legado tus ojos, tu forma de mirar el mundo. Y no los quiero… No la quiero. Sigue lloviendo. Tres coches dan vueltas a una rotonda muy lentamente. Parecen no decidirse por ninguna salida. Solo giran y giran. Giran y giran. Es como si cuando lloviese todo el mundo se comportase de una forma extraña.


-¡Llueve!

-¿Y que pasa porque llueva? No es tan raro en esta época del año.

-Me gusta cuando llueve. Todo se vuelve distinto.

-Nunca me había parado a pensarlo. – No te entendía. Entonces yo no me paraba a pensar lo que decías. Ahora… Ahora ya es tarde.

-La gente hace cosas lloviendo que nunca haría cuando hace sol. Si observas bien… Es como si ya no fuesen los de siempre… Como si dejasen ver al mundo su otro yo.

-¿Eso es lo que haces todos los días? ¿Observar a la gente?

-Me gusta… Creo que si observas el suficiente tiempo a una persona, puedes llegar a conocerla.

-Siento que por mucho que te observe o te hable, yo nunca llegaré a entenderte…

-No digas eso. Nunca más vuelvas a decir eso. – Mis palabras te herían como cuchillos. Yo era el criminal que hacía sangrar tus heridas. No soportaba tener que cuidar siempre de ti. Sin poder irme. Sin poder vivir. Y ahora ya no estas…


Los coches siguen dando vueltas, indecisos, sin saber hacia donde avanzar. La reunión ya ha acabado. Nadie se mueve. Es como si esperasen algo… No me importa. Todos se comportan de forma extraña esta mañana. ¿Por qué la lluvia cambia tanto a la gente? ¿Por qué la lluvia me recuerda a ti…?


-¿Qué haces aquí? ¡Estás empapado! Pasa… Te traeré una toalla. Pasa, no seas tonto. – No decías nada. - ¿Qué haces aquí? ¿Por qué no hablas?

-Quería… Quería estar a tu lado. So… solo quería estar cerca de ti.

-Ven aquí vamos a secarte, no vayas a coger una pulmonía. – Te encantaba que te secase con la toalla. Como cuando éramos pequeños. – Estás calado hasta los huesos. Te traeré ropa seca.

-Estoy contento…

-Me alegro. Yo también lo estoy. No deberías salir así sin avisar…

-Solo lo estoy cuando tú estas cerca.

-¿El qué?

-Feliz, a tu lado…

- En la clínica estarán preocupados… Será mejor que los llame.

-No… Por favor. Aun no.

-Supongo que por una noche… Te prepararé el sofá cama…

-¿Pue… puedo dormir contigo? Como en los viejos tiempos.

-Ya eres un poco mayor para…

-Por favor. Solo quiero que sea como antes… Solo una vez más.

-Vale. – Siempre sabías como hacer para salirte con la tuya. Y aunque no lo dijese a mi también me gustaba que te hubieses escapado… Que te hubieses escapado y me pidieses eso… Con esas mismas palabras, que me pidieses que todo volviese a ser como antes. – Voy a ver que encuentro por aquí… Este pijama es de cuando estaba más delgado… Aún así creo que te quedará grande…

-No me importa… No lo necesito… Antes tampoco los usábamos… Acuéstate. No hace falta que esperes por mi.

-De acuerdo… - Estaba nervioso aunque me costase reconocerlo. Me acosté. Tú apagaste las luces y empezaste a desnudarte. Poco a poco te fuiste quitando toda la ropa.

-¿Te acuerdas…?

-¿De qué?

-Yo aquí de pie y tu ahí tumbado. Como antes.

-Si. - No era capaz de decir nada más. Mi corazón iba a mil. Te metiste entonces en la cama. Completamente desnudo. Completamente helado. Me abrazaste como solo tú sabías. Me abrazaste como si nunca fueses a soltarme.

-¿No te molesta?

-¿El qué? – Tardé en contestar. Estaba completamente aturdido. No podía controlar mis nervios… Mi corazón solo gritaba tu nombre…

-La ropa. No te molesta. Si quieres yo…

-Cla… claro.

-Te sigues poniendo nervioso… – Claro que me seguía poniendo nervioso. Como no iba a hacerlo. Como no iba a estarlo…

-Abrázame… No me sueltes.

-Te echaba de menos. Todos estos años…

-No hables. Solo abrázame.


Todos habían abandonado ya la sala. Las luces apagadas y los coches ya no daban vueltas. Estaba otra vez solo. Había dejado de llover.

Comments


A NEW WORLD,

A NEW BEGINING

#1 

Porque he olvidado y me han olvidado

 

#2

Porque he sufrido y me han hecho sufrir

#3

Porque ya no cuento ni me han hecho contar

© Copyright

© 2023 by Salt & Pepper. Proudly created with Wix.com

bottom of page